Os les voy a presentar con nombres de guerra, el primero de ellos lo voy a llamar mi primer amor, que joven era, que bonito fue todo... él me enseñó una cosa vital, la infidelidad. Pobre de mí empezamos bien.
Vamos a por el segundo, el es mi ángel, hoy en día sé que lo sigue siendo. Me rompí en pedazos el día que él se fue, ese día lloraba hasta el cielo al despedirle.
El tercero, fue el que me trato mal, el que me humilló, de él aprendí dos cosas: una es que valgo mucho más que lo que me hacía ver y otra, a como no se debe tratar a la personas con la que compartes la vida. Tenía una relación adicción-odio que acabó explotándonos en la cara.
Con el cuarto desarrollé al máximo mi ingenio, a veces digo que él es mi chico, siempre está cerca de mi y eso que han pasado ya cinco años.
Ahora toca empezar con los que conocí en mi etapa fuera de casa, es fácil sólo hay dos, el primero es el anti yo, en todos los sentidos, él me enseñó que hay cosas que es mejor dejar pasar que no todo lo bueno es lo mejor, cada uno tenemos una concepción de lo que necesitamos, y yo nunca le necesité, se puede decir que a pesar de que le quise fue tan sólo un pasatiempo, al igual que yo fui su pasatiempo.
El último de los hombres a los que amé, no lo puedo poner en pasado, él me enseña día a día que hay cosas imposibles.
A los hombres que amé...por enseñarme a amar.
